Vanessa estaba a punto de cumplir diecinueve años de edad y algunos tabúes aún la afligían mucho. Cansada de tener citas sin mayores consecuencias, tal vez fuese hora de que la niña comenzase a vivir intensamente su juventud - y también perder su virginidad.Hasta entonces, lo principal que ella había hecho en relación a sexo era mirar detrás de la cortina de su dormitorio algunas masturbaciones de un vecino suyo y, una vez, casi aparecer desnuda para ayudarlo a gozar.Ningún hombre o chico de su edad ha logrado hacerla querer follar, pero un cliente que ingresó a la farmacia donde trabajaba la niña cambió toda su vida en un abrir y cerrar de ojos.Después de aquel día, todo sería diferente. Vanessa descubriría sensaciones y placeres tan intensos que ni siquiera en el pensamiento se había imaginado posible.Su vida, así como la de algunos hombres, nunca volvería a ser la misma.